Sabine Hazboun (Palestina, 1994) dejó su patria, familia, amigos y escuela para prepararse de cara a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el evento de su vida. "Fue único. Es el mayor logro que un atleta de élite puede cumplir; sin duda, es el sueño de todo deportista profesional", explica antes de empezar una de sus clases en el centro de The Bamboo Body. Sin embargo, en los años que han pasado, su concepción del deporte ha cambiado. Ha pasado de ser un "sufrimiento" a una idea "más sana y consciente" gracias a La Cultura del Movimiento. Como dice, ella es nueva practicando el movimiento, pero la curiosidad y las mejoras físicas que ha notado en los últimos meses le han hecho sacar tiempo cada día para practicarlo e introducirse más en el método de Ido Portal.
¿Entonces estabas buscando otro método de entrenamiento?
Siempre me ha encantado la gimnasia. Tras vivir cuatro años en un centro de alto rendimiento, continué practicando y compitiendo en natación porque simplemente definía quién era yo. Fue después cuando empecé a correr y a practicar distintas actividades, además de nadar. No diría que estaba buscando otro método a propósito, pero una vez vi el mundo del deporte de élite desde fuera, toda mi visión del deporte cambió. Tras entrenar 6 o 7 horas al día durante casi cuatro años, dejé de verlo tan sano como había pensado que era. Puedes preguntar a cualquier médico, y ninguno te recomendará dedicar siete horas cada día a entrenar y usar el resto para dormir y recuperarte. Empecé a ver el deporte como un sufrimiento. Amé ese sufrimiento, pues se convirtió en mi profesión. No podía vivir sin él. Los años pasaron y me mantuve activa. Seguí nadando, pero volvió a cambiar toda mi visión del deporte de nuevo. Empecé a ver vida, belleza y salud en él. Mi cuerpo aun buscaba algo más. Puede que otra mentalidad más activa, positiva y sana, y eso es lo que me volvió a enamorar del deporte.
¿Cuándo descubriste la Cultura del Movimiento?
Vi anunciado el centro The Bamboo Body una tarde de septiembre del 2017. No tenía ni idea de qué era, pero fui la primera en aparecer y preguntar sobre ello. Anna y Charlie me hicieron una breve introducción. Salí algo confusa, así que investigué al llegar a casa. El centro ofrece distintas clases de locomoción, equilibrio sobre las manos, entrenamiento de gimnasia deportiva, investigación del movimiento y clases de flexibilidad, aptas para todo tipo de cuerpos y con el objetivo de mejorar su movimiento y condición. Como el bambú, por eso se llama The Bamboo Body.
¿Qué sentiste cuando cuando empezaste a practicar el Movimiento?
Me sentí como una principiante otra vez. Como una niña jugando con su juguete nuevo. Estaba convencida de que la natación era el único deporte que te hacía mover cada uno de los músculos de tu cuerpo. Sin embargo, de repente, ¡me di cuenta de que aún habían más músculos por mover! Me sentí fuera de mi zona de confort; fuera del agua. Sentí más curiosidad por mi cuerpo y en la manera en que éste es capaz de moverse. Me di cuenta de que esa Cultura del Movimiento no tiene rutinas y posiciones perfectas. Jugamos como en un calentamiento y nos quedamos sin energía más rápido que realizando el conjunto de ejercicios perfectos. Además aprendí a escuchar a mi cuerpo y a tratarlo mejor mientra aprendía sobre un método completamente nuevo. La Cultura del Movimiento no consiste en ir un par de horas al gimnasio para levantar peso y olvidar mover el resto del cuerpo, tampoco en quemar calorías para luego darse un atracón. No. Trata de moverse en cualquier sitio y en cualquier momento, y cómo de conscientes somos en cada movimiento que hacemos. Eso es lo que nos hará más fuertes y, definitivamente, más sanos.
¿El Movimiento te ha aportado algún cambio a largo plazo?
Definitivamente. Viniendo del mundo de los deportes de élite, ya estaba familiarizada con la preparación mental, la dedicación y la determinación que se necesita para conseguir el rendimiento que queremos. Sin embargo, desde que aprendí acerca de este nuevo concepto, me sentí incluso más consciente del movimiento de mi cuerpo. También me dí cuenta de que en la medida de lo posible, siempre podemos encontrar un momento en el que movernos, caminar, estirar… Por ejemplo, podemos elegir si ir caminando al trabajo o en bici (siempre llevando un mascarilla antipolución puesta si es en Barcelona). En definitiva, podemos movernos y estirarnos en cualquier lugar a cualquier hora. Todo va de moverse, y no importa si la gente mira o no, ¡porque lo hacemos para nosotros mismos! Y lo mejor es que para hacer todo esto solo necesitamos un cuerpo, como dice Anna. Ahora me siento más fuerte y tengo mayor movilidad y flexibilidad que nunca, a pesar de que no nací flexible, y me llevó muchos años conseguirla.
Entonces este nueva perspectiva del Movimientoo puede ser positivo para los deportistas profesionales...
Definitivamente. Todos los atletas profesionales ya tienen buenos planes de preparación, pero añadiendo este método podrían mejorar su rendimiento. Recomiendo la clase The Bamboo Body a deportistas profesionales. Con esta clase, ellos pueden disminuir la posibilidad de lesionarse y pueden aprender más consejos sobre cómo mantener la columna y los hombros seguros. Mejorar la movilidad es tan importante como sus entrenamientos intensivos, así como conocer bien las partes de sus cuerpos y qué posiciones les van mejor. Un deportista de élite no entrena y después ya se olvida de ello. Tiene en cuenta otras cosas, tales como la posición en la que se sienta cuando estudia y trabaja, la manera en que escribe o teclean¡, cómo y cuánto descansa, y lo más importante, qué come.
¿Puede el Movimiento sustituir sus entrenamiento convencionales?
Por supuesto que es posible. La Cultura del Movimiento es beneficiosa para todas las disciplinas deportivas y para cualquier personas a cualquier nivel. No obstante, muchos deportistas de alto rendimiento ya entrenan bajo el método de la Cultura del Movimiento, siendo ésta una combinación de danza, artes marciales y gimnasia. De cara a otras disciplinas más dispares, si el atleta aprende sobre la Cultura del Movimiento puede incorporar una pequeña rutina diara de recuperación de movimiento. Y finalmente, una vez ese deportista termine de competir a nivel internacional, puede dedicar más tiempo a la Cultura del Movimiento ¡y convertirse fácilmente en movers profesionales!