“Hay diferencia entre hacer Movimiento y hacer diferentes movimientos”, escuché a Ido Portal decir esta frase en uno de sus seminarios. Si lo hubiese escuchado hace 4 años creo que no lo hubiese entendido, pero habiendo adquirido ya cierta experiencia con él, me hizo pensar en cómo podría transmitir este mensaje a la gente que lo viese desde fuera. En mi opinión, en esta pequeña frase hay uno de los mayores malentendidos que existe alrededor de sus conceptos (hay bastantes).
Me preguntan a menudo acerca de esta “nueva disciplina” que practicamos y sinceramente nunca se cómo aclararlo de forma breve. Siempre me acabo encontrando en un monólogo de media hora para intentar explicar qué hacemos de la manera en que me gustaría que lo entendiesen.
Primeramente no es una disciplina. Y segundo, no me gusta que en el mundo de hoy existe la tendencia de crear un trend, para que la gente se canse de él, salte a otro y vuelva a empezar. La gran mayoría de personas ve las ideas de Ido y las asocia con algo parecido a lo que en su momento fue el crossfit o el yoga de turno. Una moda pasajera. Y no es así. Sin embargo, tanto uno como el otro pueden entran debajo del paraguas del movimiento, todo depende de cómo lo mires y cómo lo apliques.
Por otra parte, cuando empezó a tener más popularidad entre el público general aparecieron los autodenominados “movement trainer”, haciendo “movement training". Estos términos me confunden bastante, ¿eso quiere decir que el entrenador técnico de boxeo, por ejemplo, o cualquier otro tipo de deporte no enseña el movimiento? A la gente le gusta mucho poner nombres y etiquetas a las cosas solo porque suenan bien y es algo nuevo, para así venderlo mejor de forma oportunista. No obstante, mezclan conceptos y confunden aún más, primero a si mismos y a parte, a la gente que consume sus servicios. Lo que hacen es comercializar las ideas sin intentar entenderlas. Y eso por no hablar de los autodenominados “movement specialist”, pues éstos aún han entendido peor si cabe de qué va la historia. El espectro del movimiento es amplio, une muchas cosas y puede tener muchas formas, pero la diferencia que marca entre una cosa y la otra es la intención que hay detrás de la práctica y sobre todo, la calidad y la profundidad con que se aproxima cada una de las cosas que uno hace.
La Cultura del Movimiento es exactamente eso: cultura, del movimiento. Es un concepto que abre las dos palabras en su sentido más profundo. No es ni un método, ni una modalidad deportiva (todo esto cabe dentro), sino que es la manera de ver algo habitual como es el movimiento del cuerpo humano de forma distinta. Se trata de un cambio en la perspectiva. El método que plantea Ido Portal aúna varios métodos (propios y de otros profesionales) dentro de éste general. Sin embargo, lo interesante no es tanto los métodos en sí como la manera en que él transmite la práctica. El método desarrollado por Ido Portal permite a cualquier persona obtener cierta libertad del movimiento, solucionando los problemas más comunes, como la falta de fuerza o de movilidad, y posteriormente descomponiendo los movimientos más complejos para ofrecer progresiones paso a paso, alcanzables para todo el mundo. A partir de resolver lo básico empieza lo más interesante, pues los conceptos se hacen más profundos y toman otra dirección. Es entonces cuando se abren muchas puertas que al principio eran inimaginables.
En pocas palabras, es ahí cuando empieza la verdadera enseñanza. Por desgracia muchos se quedan en el paso previo, porque hacer anillas y verticales les llama más la atención y, sinceramente, es lo más sencillo (aunque no es nada fácil). El movimiento no se acaba con la fuerza y la movilidad, aunque es la idea que tiene la mayoría de la gente. Tampoco son acrobacias ni trabajo de suelo. Todo esto son solo herramientas que sirven a la práctica, y que abren muchas posibilidades para investigar a otros niveles. Cada disciplina tiene más en común con las demás que diferencias. El movimiento sigue siendo movimiento, pero tiene muchas formas y lo que intentamos es ver qué hay detrás para captarlo, aprenderlo, sacar lo más valioso de él y ver cómo se puede aplicar en otros campos, pues ¿puedes saltar, correr, tirar y empujar? ¿tienes ritmo, reflejos rápidos, vista aguda y buena memoria? ¿sabes equilibrarte, adaptarte a cada situación, intuir las intenciones de los otros y esquivar golpes? ¿sabes bailar, luchar y jugar con la pelota? ¿eres bueno en todo eso? ¿sabes aplicar una cosa a otra? En definitiva, se trata de un desarrollo del ser humano más holístico, porque casi todas las actividades de nuestra especie están relacionados con el movimiento. Como dijo Bruce Lee: “No te establezcas en una forma, adáptala, construye la tuya propia, y déjala crecer.”
Moverse no es nada nuevo, no apareció de repente, siempre ha existido y siempre existirá. De hecho, el propio Ido Portal dice que no ha inventado nada – simplemente tenía mucha experiencia y ha sido lo bastante listo como para coger lo mejor de las disciplinas que ha practicado y construir con ello un cuadro más amplio. Lo más valioso de sus experiencias es la profundidad, la obsesión y la calidad con que practica cada una. Eso es exactamente lo que marca la diferencia entre lo que él propone y los demás. Y es que Ido sigue en constante aprendizaje, con las mismas ganas, misma obsesión y con la misma mentalidad que la primera vez. Lo que intenta hacer es, sobretodo, cambiar la manera en como la sociedad ve el movimiento y cómo ésta se relaciona con sus cuerpos y se mueve. Una meta que, aunque no es sencilla, poco a poco lo conseguirá.
Por otra parte, está cambiando los estándares de enseñanza y la relación alumno-profesor. Lo más impresionante de él y de su equipo es cómo transmiten la información. Su capacidad de observar a la persona que tienen delante y determinar con precisión qué necesita en cada momento dado, así como la manera en que llegan a cada uno y adaptan su pedagogía y las micro progresiones que desarrollan para los casos más complejos. Muchas veces, el problema es que el mensaje se contamina por la gran cantidad de gente que solo va a los seminarios de fin de semana una vez. Piensan que ya lo saben todo acerca de “el método”, pero al día siguiente únicamente repiten lo que recuerdan como los loros sin dar ningún sentido a sus palabras. Evidentemente, está bien compartir el conocimiento, pues sin él no habríamos llegado a donde estamos como especie. Sin embargo, me parece un poco injusto asumir que se ha entendido todo en dos días y que ya se está capacitado para explicarlo a otras personas, principalmente, de cara a quienes desarrollan su trabajo durante años basándose en la experiencia física excesiva, en la observación, en el conocimiento científico y en la recolección de datos. El entendimiento de cualquier materia, sea del ámbito que sea, requiere muchas horas de teoría y de práctica para saber si algo realmente tiene valor. Cualquier técnica debe llevarse a cabo de forma continua para interiorizarla y, posteriormente, poder enseñarla a los demás. No debe pasarse únicamente por el criterio propio. Hacer cosas a ciegas sin entenderlo completamente no suele llevar a nada bueno, solo crea todavía más confusión. Ya lo dicen: “Antes de compartir el conocimiento, asegúrate de que lo que tienes realmente es conocimiento, no conjeturas.” Desafortunadamente, hoy en día la gente busca la gratificación instantánea. Ésto, junto a la sobreinformación, hace que las personas se sobrecarguen de ideas, sin que les den sentido y por lo tanto, las confundan más. ¿Conocéis el juego del teléfono? Esto mismo es lo que pasa con las buenas ideas.
Todo ello no facilita el cambio, puesto que la sociedad todavía no ha asumido que el movimiento no es lujo, sino algo necesario para mantener sanos cuerpo y mente. Cientos de estudios demuestran que una muchas enfermedades, que suelen tratarse ingiriendo numerosos medicamentos, pueden ser curadas a través del movimiento y de una nutrición adecuada. Incluso enfermedades y trastornos graves.
Por otra parte, el hacer deporte es algo que, hoy en día, se hace en la mayoría de casos simplemente por tener una buena apariencia física, algo que en mi opinión desvirtua la manera en que percibimos el mundo. No me gustaría que me entendieran mal. Yo nunca negaré que es importante mantener una buena apariencia física, pero no es lógico tener eso como la única meta y la más importante. Siendo así se pierde la idea de mantenerse sano. Si eligiéramos conociendo las distintas opciones y sus consecuencias, tendríamos una sociedad más consciente. Realmente, no hay nada de malo en levantar pesas únicamente para estar más guapo, si es que es esto lo que a uno le hace feliz. Además hay que decir que tampoco hay malos movimientos. El problema normalmente reside en la mala aplicación o mala preparación. Por ejemplo, el curl de bíceps puede ser una herramienta muy útil para la rehabilitación de lesiones del codo y algunos casos de lesiones del sistema neuromotor. O está bien saber que la columna vertebral no está hecha para permanecer siempre en posición neutral, sino que la tenemos para que se mueva en todas las direcciones y así mantenerla sana. En definitiva, cada uno debe saber las consecuencias que tiene la actividad que haya elegido y saber lo que tendrá que pagar con la edad. Pese a ello, si cualquier elección está hecha en la base al conocimiento yo la respeto, aunque pueda ser algo en lo que no esté de acuerdo.
La Cultura del Movimiento es un concepto en constante evolución y cambio. El abanico de posibilidades que presenta es tan amplio que la vida de un ser humano no es suficiente como para aprenderlo todo. Personalmente, a lo que yo doy más valor es a la perspectiva en como se ven las cosas a través del Movimiento y a la libertad que éste te da. Y es que no existe mayor libertad que esta, ya que en realidad no hay nada que nos pertenezca más realmente que nuestro cuerpo. No poder expresarme y mover tal y como yo quiero me parece la peor prisión en que uno mismo se puede encerrar. Pero también lo es mentalmente. Creo que cada uno lo hace todo como hace cada una de las cosas. Mi manera de ver y enfocar mi vida ha cambiado a mejor desde que llevo aprendiendo de Ido Portal. No me hacía falta la disciplina de entrada, pero lo he cultivado aún más y ahora me acerco al mundo de manera más aguda y definida, se diferenciar mis deseos y escuchar a mi cuerpo, tengo los parámetros de la calidad de todas las cosas que hago muy elevados, estoy más tranquila y mucho más concentrada en lo que quiero hacer con mi vida. Y, por supuesto, me se mover mucho mejor que antes.
La práctica que propone la Cultura del Movimiento puede empezar donde y como uno quiera. Hay varias formas de iniciarse, pero como dije anteriormente lo importante es la intención y la calidad que uno le da. Sin embargo, la abundancia de imágenes ostentosas en las redes sociales da a la gente una impresión incorrecta. ¿Hace falta hacer el pino con una mano, por ejemplo, para dominar el movimiento? No. ¿Para ser bueno en ello y entender el concepto? Tampoco. Hay una amplia variedad de opciones que pueden sorprender por completo. Aún menos hace falta hacer el pino a una mano si lo que quieres hacer solamente para aparecer en las redes. Hacer el pino con una mano es una de todas las herramientas que existen. Puedes elegirla o puedes elegir cualquiera de las demás, porque hay bastantes. Asimismo, hay ciertas cosas que propone Ido Portal para el desarrollo de sus alumnos (personalmente yo decidí confiar en él y aún sigo sus propuestas), pero hay otras maneras de hacerlo. Yo no hago el pino con una mano, y no voy a llorar si no lo tengo nunca. Sin embargo, trabajo en ello. Ese es el camino que he seguido hasta ahora y que me ha enseñado tantas cosas sobre el movimiento, mi propio cuerpo y sobre mí misma, que podría escribir un libro entero si supiera cómo hacerlo.