Nos ha hecho bailar a todos en The Bamboo Body. Kanga Valls nos visitó para ofrecernos una masterclass única en torno al Movimiento en el street dance. Es joven, no solo de cuerpo sino también de forma de ser. Se le nota cuando habla con nosotros. Viene a nuestro centro, el primero de Barcelona dedicado a la Cultura del Movimiento, vestido de trabajo: una gorra, una sudadera y unos pantalones anchos.
Antes de empezar la clase hablamos un poco para romper el hielo. Le preguntamos qué tal en el trabajo, pues Kanga dirige Musique Dansa. Se trata de una escuela especializada en Street Dance (Hip hop, Popping, Locking, Jazz Rock, Robot Dance…) y Danza Contemporánea. Pero no es el único proyecto en el que dedica esfuerzo. Este bailarín y coreógrafo catalán cuenta con una carrera de 20 años como docente y encima de los escenarios. Fundador, coreógrafo y bailarín de la compañía Kulbik Dance (ganadores del programa de televisión Tú sí que vales 2011), ha viajado por toda España, Rúsia, Bélgica y Francia presentando espectáculos con muy buena aceptación por parte del público.
Está claro que no ha parado “desde que empezó a bailar con 18 años”, puntualiza mientras se prepara para empezar la masterclass. El ritmo y el movimiento le recorrían todo el cuerpo desde pequeño y sabía seguro que la danza iba a ser para él algo más que un hobby. Es la forma de moverse lo que despierta su creatividad. “La inspiración me viene muy variada. Mi estado de ánimo del momento lo condiciona mucho, pero la base en mi inspiración es la fluidez del movimiento, que uno lleve al otro de manera orgánica”, nos explica.
La evolución de sus movimientos, sin embargo, le ha dado un estilo de baile contundente. En sus palabras, define su técnica como “explosiva, energética, fluida, minimalista (a veces), disociada y espontánea”. Toda esa potencia que transmite con cada gesto la ha logrado tras años de aprendizaje por algunas de las capitales más implicadas con el baile, como Los Ángeles, Tokyo, Londres o París. Considera que haberse introducido de lleno en la cuna de los distintos estilos del Street Dance “siempre ha sido una experiencia muy positiva, pues de cada país en el que he aprendido me he llevado algo único y esencial”, a lo que añade que ese estilo propio es el que “define mucho la cultura de cada región, no solo en la danza, sino también en su cultura social, cómo son sus relaciones interpersonales, así como la creatividad que emerge”.
La danza está viva. Kanga apunta que de cada estilo “siempre hay diferencia entre las distintas escuelas”, algo que el bailarín encuentra como “algo positivo porque así enriquece la cultura desde diferentes prismas”. Y no solo la cultura, sino también el movimiento. Así es como cada técnica también potencia un ámbito u otro de nuestro cuerpo. El hip hop, en el que íbamos a introducirnos en esa sesión, “aporta principalmente control al individuo”.
Ya estábamos a punto de empezar la clase. Kanga nos recordó qué debemos tener en cuenta a la hora de bailar: “hay muchas cosas que tenemos que pensar previamente a ponernos a practicar, pero sobre todo, respecto, actitud, capacidad de esfuerzo, persistencia, constancia y humildad”. Unos valores que compartimos en The Bamboo Body y que mantenemos en cada una de nuestras clases. E igual que en el hip hop, practicar el Movimiento es algo que “puede hacer cualquiera y en cualquier edad”.
“Definitivamente, el movimiento es movimiento, la cuestión es dónde se enmarca (estilo) y cómo podemos aprovechar los movimientos de otras disciplinas para enriquecer la propia”, apuntó Kanga. Estábamos listos para empezar, es momento de dejar de hablar y ¡empezar a movernos!