La lesión puede ser una incidencia devastadora que marque el fin de una carrera deportiva o que te deje sin ganas de probar cualquier ejercicio físico, pero, según cómo lo veas, también puede ser una puerta hacia el autodescubrimiento o una experiencia de valioso aprendizaje. Realmente creo que es muy importante saber un poco acerca de lo que haces aunque solo seas amateur. El conocimiento es poder y tener algo de información al respecto te permite hacer decisiones más sabias y evaluar las situaciones. 

IMG_0157.jpg

Si eres una persona cuerda, seguramente no querrías lesionarte ni a ti ni a la gente de tu alrededor a propósito. Ahora bien, si practicas cualquier ejercicio en exceso, es muy probable que te lesiones en algún momento. Cuando te encuentras en esa situación, la pregunta más importante es cómo te lo vas a tomar y qué experiencia te vas a llevar de ello. Lo primero y ante todo, queremos reducir el riesgo en la mayor medida posible y la mejor manera de conseguirlo es pensar con antelación y preparar tu esquema, teniendo en cuenta todas las posibles situaciones donde se podrían desarrollar lesiones, según la actividad que elijas. Por eso, hay que tener un proceso inteligente de desarrollo físico en el que gran parte esté dedicada a la preparación de las articulaciones. Aparte de eso, hay que elegir la carga y la progresión adecuadas según las necesidades de cada uno, para obtener fuerza y habilidad. Hay una variedad inmensa de esquemas y protocolos que funcionan para la mayoría de la población, pero un buen entrenador ha de ser consciente de que, a veces, se encontrará con casos que requieran planes totalmente distintos. Para que funcione, lo mejor que uno puede hacer antes de ofrecer servicios de entrenamiento para el público, o incluso para ellos mismos, es aprender sobre el tema en cuestión, desarrollar la habilidad para proseguir con un análisis biomecánico correcto de la persona, y asegurarse de que su propia investigación se vaya actualizando constantemente. Aún es más importante que simplemente tenga sentido común a la hora de aplicar cualquier información relacionada a su práctica o bien a la de los demás. Sin embargo, si todo lo mencionado no ha ayudado y la lesión ya se ha producido, entonces hay que usar un tipo de maquinaria diferente.

Las lesiones del cuerpo humano son muy complejas y ocupan un campo extenso en los estudios de medicina que no puede reducirse a un pequeño formato. Por eso, quisiera dejar claro que mi intención en este artículo es dar a las personas que desconocen totalmente el tema una comprensión básica de la psicología de las lesiones en términos sencillos y, en el mejor caso, animar a la gente a indagar en el tema.También espero que el artículo anime a las personas que sufren de alguna lesión para que se lleven lo mejor de ella. Estaría muy feliz si pudiera ayudar a alguien para que dé un paso adelante hacia el desarrollo de una relación distinta con el dolor y la lesión, tomando el camino del aprendizaje sobre uno mismo en vez de pasar por una espiral descendiente de autocompasión.

movement barcelona

Hablemos un poco de filosofía. Las lesiones tienen muchas formas y grados de gravedad. Las definiciones no son consistentes, aun así, podemos dividir las lesiones mecánicas en tres grandes grupos aproximadamente: lesiones del tejido blando, lesiones del músculo esquelético o del cartílago y lesiones del sistema nervioso (los órganos internos también se pueden lesionar automáticamente). Cada grupo requiere un tratamiento distinto así como cada uno afecta a tu condición mental de manera distinta, ya que existe una correlación directa entre el grado de la lesión y la manera en la que afecta a la motivación de quien la sufre (DM Wiese- Bjornstal, AM Smith et al, 1998). En cuanto a este artículo, quiero dar un ejemplo y remarcar el grupo más común dentro de los anteriormente mencionados: las lesiones del tejido blando. Los nervios también se consideran tejidos blandos, pero las lesiones del sistema nervioso son lo menos común en el deporte, aunque son el tipo más complejo y ocupa un campo de estudio totalmente diferente. Las lesiones del cartílago y los huesos también requieren un tema aparte, aunque en muchos casos, el tejido que los rodea está afectado. 

Las lesiones del tejido blando se subdividen en varios grupos grandes. El tejido afectado puede ser el músculo mismo, un tejido conectivo diferente y/o la piel. La causa de ésta suele ser una interacción mecánica con un objeto externo. Lo único que me gustaría mencionar aquí es que la piel también es un tejido metabólico y, según el entrenamiento que elijas, se tiene que preparar de una manera concreta, de no ser así, no podrás aumentar el nivel en algunos ámbitos. Por ejemplo, la gimnasia causa al principio pequeñas lesiones en la palma de las manos que son necesarias para que se adapte la mano al futuro trabajo más complejo, si saltas este paso y usas guantes, no serás capaz de practicar otros elementos.

Existen muchas maneras de clasificar las lesiones del tejido blando. Aquí no entraré en detalles, pero para nombrar algunos de los más comunes, son: esguinces, impactos, lesiones relacionadas con las inflamaciones crónicas (tendinitis, bursitis, etc.), roturas parciales o completas de las fibras, los tendones y los ligamentos, pérdida de calidades elásticas en los tendones y los ligamentos, dislocación, fibrosis, etc. Según la actividad, la lesión se podría causar por diferentes motivos y, el más predominante en los tejidos conectivos y los músculos es la acción repetitiva, en otras palabras, el uso excesivo. Puede ser ambas cosas, un movimiento específico o bien una falta del movimiento (como es el caso de los trabajos de oficina). Normalmente se deben a ineficiencias mecánicas del cuerpo que, debido a un uso monótono con el tiempo, se compensa con el tejido alrededor que no debería implicarse en ese movimiento en concreto. Si se prolonga en el tiempo, llegará un punto donde la estructura no lo pueda soportar más, así que, primero se inflama y, después, si la inflamación no se trata bien, los tejidos sufren de una degeneración y, por último, una rotura. Este es el motivo por el que el deporte en exceso te pasará factura a lo largo de los años.

Otro posible motivo de este tipo de lesiones es que el tejido no se adapte lo suficiente como para aguantar una carga, a lo que se le llama una lesión grave. Aquellos que compiten para levantar más pesas o los que quieren adquirir una habilidad demasiado lejana para su condición física actual se encontrarán con estos problemas tarde o temprano. Las lesiones causadas por una sobrecarga brusca suelen ser las más graves. No solamente les ocurre a las personas que se sobreestiman, sino que también es muy común en todos los deportes de contacto, donde ocurren situaciones inesperadas. El motivo sigue siendo que la estructura no está en buena forma para aguantar la carga, pero ocurre en situaciones caóticas. Tanto si se trata de artes marciales como de deportes en equipo; posiciones raras que la articulación no está preparada para aguantar, como un movimiento en jiu jitsu, o chocando contra tu oponente a una gran velocidad en un partido de baloncesto…: todas estas son posibles situaciones. 

rehabilitacion

Es muy importante tener en cuenta y respetar todo lo mencionado en los dos últimos párrafos a la hora de construir la programación de un ejercicio en concreto. No importa si el objetivo es tener fuerza, movilidad, habilidad, etc. Hay que estar muy atento a la hora de aplicar la carga dentro de un régimen de entrenamiento y asegurarse de introducir las progresiones de desarrollo paso a paso para evitar accidentes y lesiones que puedan dejarte fuera de tu deporte y desanimarte para mucho tiempo. Se requiere mucho esfuerzo tanto físico como psicológico para recuperarse de una lesión y, si compites o te ganas la vida con el arte escénico, la lesión puede ser una incidencia muy significativa que puede obstaculizar el rumbo de tu vida. Sin embargo, en caso de que ocurra, hay muchas maneras para tratar las lesiones y la manera más sabia sería intentar entender la naturaleza de la incidencia y aprender de ella. 
Te dejo una información muy importante para que entiendas el dolor de manera distinta, para aquellos lectores que actualmente se están recuperando de una lesión o bien sufren de un dolor crónico: varios investigadores han demostrado que el dolor no siempre está relacionado con el tejido dañado. El dolor existe en los mapas del cuerpo que hay en el cerebro y no exactamente en el punto donde te lo notas. Para explicarlo de manera más sencilla: cuando tienes un dolor crónico, no tiene por qué decir que el tejido de esta área esté afectado, puede que solamente sea la memoria de este dolor. Además, el hecho de que te hayas dañado un tejido en alguna parte de tu cuerpo no tiene por qué causar dolor. Aun así, se tiene que tratar para evitar cualquier daño en el futuro. Una serie de investigación dio paso a un punto de vista totalmente nuevo sobre el tratamiento de las lesiones y, además, cada vez más pruebas demuestran que las lesiones de los tejidos blandos deben tratarse mediante el sistema nervioso central (DL Morton, JS Sandhu et al, 2016). 

A la hora de recuperarse de una lesión, primero se debería intentar tratarla sin intervención quirúrgica ya que da el mejor resultado y, si falla, las consecuencias no son igual de dramáticas. En general, el movimiento es la mejor cura. Si debes ir a un especialista para que te ayude a recuperar, ten cuidado de aquellos que restringen el movimiento de la parte lesionada del cuerpo totalmente y que no te recetan ningún ejercicio. La premisa de que la inmovilización de la parte lesionada es necesaria para recuperarse ya está anticuada, ya que cuanta más sangre circule en el tejido dañado, más rápido será la recuperación. Según la gravedad de la lesión, puede que alguna restricción sea necesaria de verdad, sobre todo durante los primeros tres a cinco días, pero existen numerosas investigaciones que demuestran que cuando se incorpora el movimiento terapéutico, la recuperación es más rápida y es mucho más probable que la función motriz completa de la parte lesionada se recupere (JA Buckwater, 1995). El principal problema de este tema es que la mayoría de los hospitales convencionales te ofrecen tres semanas de régimen de tratamiento y te dan el alta tras lo que hayas podido recuperar en ese corto plazo, cuando en algunos casos graves, puede que se necesiten hasta muchos años. Debes tener paciencia y encontrar a una persona adecuada que pueda y quiera ayudarte y trabajar contigo con un programa de recuperación adecuado de verdad. A veces cuesta mucho encontrar al terapéuta correcto, pero no dejes que esto te desanime, ya que nunca se ha podido encontrar una aguja en el pajar tan fácil. 

También es importante mencionar que todos los tipos de lesiones están muy conectados con la inflamación, así que, para aumentar la capacidad que uno tiene para curarse, recomendaría mucho que se hagan modificaciones en la suplementación y la dieta para bajar la inflamación del cuerpo en general. Algunos ejemplos que puedo dar son los suplementos antiinflamatorios más eficaces, los cuales son el Omega-3 (EPA) y la cúrcuma concentrada (PC Calder, 2010. N Chainani-Wu, et al, 2003). Esto no es la panacea de la curación, pero puede resultar una ayuda significativa. Si no quieres tomar suplementación, por lo menos debes restringir los alimentos pro inflamación. 

La gravedad de la lesión puede variar mucho, pero lo mismo ocurre con la percepción de cada persona que lo experimenta. Hay gente que no puede aguantar un simple esguince, mientras que otra gente puede soportar el proceso de recuperación de una rotura completa del tendón o del ligamento sin analgésicos. Esto es igual a la mayoría de las cosas en la vida, de hecho, solamente existen dos opciones: optar por ser la víctima o el héroe. El primero usa la lesión como una excusa para todo, mientras que el segundo toma la lesión como una oportunidad para reflexionar y pasa por un proceso curativo que, según la gravedad de la lesión, puede ser una decisión consciente de pasar por un infierno. No se me ocurre otra manera más sofisticada para entrenar al carácter ni una mejor oportunidad para desarrollar la relación con el dolor de manera diferente. Ésta sola puede resultar una habilidad muy útil para muchas cosas. 

Las lesiones son incidencias muy desafiantes pero obviamente se pueden tomar desde un punto de vista filosófico y, si tienes la información correcta sobre el tema, podrías ser capaz de sacar conclusiones que se podrían aplicar en muchos otros campos de la existencia humana. Por lo tanto, si lo miras desde la perspectiva correcta, te resultará una lección de vida muy valiosa.