No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de la siguiente declaración: un ser humano puede mejorar literalmente en cualquier cosa a través de la exposición a la actividad en cuestión (léase entrenando). He subrayado este concepto antes, en varios artículos (Movimiento y Habilidades Cognitivas, Adquisición de Habilidades). Nuestra capacidad de adaptación es incomparable con la de ninguna otra especie y nuestra habilidad de adquirir nuevas habilidades es un verdadero milagro de la naturaleza y una de las más hermosas muestras de su complejidad.
El aprendizaje motor es una característica de cualquier organismo que posea un sistema nervioso, incluso en el nivel más primitivo. Durante mucho tiempo, el espécimen utilizado para investigar el comportamiento de las conexiones sinápticas fue un calamar, cuyos axones gigantes permitieron a los investigadores presenciar procesos en tiempo real sin necesidad de equipos costosos. Incluso en un sistema nervioso tan simple como el de esta especie en particular, tiene lugar cierta cantidad de aprendizaje. Dentro del reino animal, sin embargo, ninguno se acerca a la capacidad de adaptación a estímulos específicos de que somos capaces los seres humanos. Todos los avances tecnológicos, la ciencia, el arte, todo lo que desarrollamos como civilización, se deben básicamente a nuestra capacidad de aprender, adaptarnos y acumular conocimientos (también se debe a la superabundancia de la comida, pero esa es una historia totalmente diferente).
El aprendizaje suele definirse como un cambio permanente en el comportamiento como resultado de una práctica. Esto enfatiza el resultado final pero ignora el proceso de aprendizaje en sí mismo. En mi opinión, esto punto de vista no es útil, porque este último puede tener más valor que el propio resultado. Cualquier proceso de adquisición de una nueva habilidad o conocimiento se puede dividir en lo que llamamos aprendizaje implícito y explícito. El aprendizaje implícito, lo que significa que el sujeto que adquiere el conocimiento o habilidad no tiene conciencia de lo aprendido, ocurre automáticamente sin un esfuerzo consciente de aprender. El aprendizaje explícito se refiere a un intento intencional y consciente de dominar un tema. O dicho de otro modo: uno se refiere al aprendizaje como resultado de la auto-organización y el otro al aprendizaje como resultado del esfuerzo deliberado. Mientras que el primer tipo de aprendizaje, en algunos casos, puede convertirse en un problema y crear una rigidez de comportamiento de la que el sujeto ni siquiera es consciente, el segundo abre una inmensa oportunidad para expandir la capacidad de resolución de problemas y ampliar el conjunto de habilidades de un individuo. Lo último, indiscutiblemente, puede producir un cambio positivo en la calidad de vida.
El aprendizaje motor explícito, para ser el más eficiente en su efecto, debe seguir varias reglas (Mulder & Hochstenbach, en prensa):
1. El input (entrada de información) - el principal requisito para que aprendizaje ocurra en primer lugar;
2. Variabilidad del input (Ver artículo sobre variabilidad);
3. El input tiene que tener un significado;
4. El input debe estar relacionado con la aplicación (principio de situaciones equivalentes).
La repetitividad de la entrada es un requisito importante para que se produzcan cambios estructurales, pero también es importante comprender que las entradas repetitivas absolutamente idénticas no permiten que el sistema extraiga información de ellas; es por eso que la variabilidad es una parte tan importante del éxito de aprendizaje. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el concepto “input variable” no es equivalente a input aleatorio. Si la entrada es caótica, no se puede extraer ninguna estructura, esto significa que no se produce ningún aprendizaje. La entrada aleatoria, de hecho, es lo peor para un sistema que intenta aprender nuevas habilidades. (Spitzer, 1999; Ritter & Schulten, 1986; Singer, 1986). Sin embargo, es importante anotar que movimiento tiene la propiedad de ser variable en su misma esencia: ningunas entradas y salidas del sistema motor son absolutamente idénticas. Es por eso que una perspectiva de movimiento abre un campo tan amplio para las oportunidades de aprendizaje en cualquier dominio de la vida humana.
Comprender el proceso de adaptación motora, aprendizaje y reaprendizaje de nuevos patrones es muy importante por muchas razones. De hecho, el aprendizaje, la adaptación y la recuperación son procesos relacionados, por lo que tienen amplias aplicaciones en el campo de la rehabilitación de lesiones de todo tipo, incluidas las causadas por degeneración y lesiones del sistema nervioso. En los últimos años los centros de rehabilitación están comenzando a cambiar de manera lenta pero segura la forma en que abordan el tratamiento de pacientes con unos problemas que antes se creían irreversibles. Aunque hay mucho más que aprender, hemos avanzado bastante en nuestra comprensión de la fisiología del cuerpo humano y, en particular, de la importancia del papel del sistema nervioso en la forma en que nos adaptamos a nuestro entorno y adquirimos nuevos conocimientos y habilidades. La perspectiva con la que ahora comenzamos a mirar el cuerpo humano y sus capacidades nos está trasladando a una era muy conmovedora que permitirá que sucedan cosas maravillosas, tanto en el ámbito de aliviar el sufrimiento humano innecesario como en el de vivir una vida más plena.