Cuando comencé a estudiar el movimiento bajo la guía de Ido Portal, no estaba tan claro para mí cuál era el objetivo de lo que estaba haciendo, pero desde el principio supe que había algo en ello más allá de lo que podia ver a simple vista. Con el tiempo, me di cuenta de que, además de ofrecer un esquema filosófico y una perspectiva diferente desde la cual valorar la vida misma, este enfoque nos enseña a crear una red de marcos conceptuales que permiten el estudio de cualquier cosa con intención. Es una estructura dinámica que me ofrece un punto de referencia cuando intento entender algo, ya sea una habilidad de movimiento, una idea filosófica o algo mas profundo. Hay una diferencia importante entre los modelos de marco conceptual y teórico de la que me gustaría hablar en este texto.

Un marco conceptual es una síntesis de conceptos interrelacionados que proporcionan una comprensión completa de un fenómeno. Primero, este término y la estructura que ofrece aparecieron en el campo de la economía y luego se difundieron ampliamente a través de otras ciencias debido a su utilidad. El concepto de movimiento como una idea general, que sirve como un eje para la perspectiva que usamos, es en sí mismo un concepto demasiado vago para ser una guía para la investigación dirigida. Es un campo de estudio multidisciplinario, transcultural y vasto que puede volverse abrumador y confuso si no se aborda consecuentemente y con intención. Como con cualquier fenómeno complejo, demasiado de todo puede convertirse en nada si no hay claridad. Cuando abordamos algo multidisciplinario por naturaleza, las teorías orientadas a la disciplina se convierten en los datos empíricos del análisis del marco conceptual. Cuantos más datos recopilemos en cada nivel, más grande y mejor conectado se vuelve el rizoma del movimiento.

Se necesita un marco teórico para guiar el proceso de pensamiento, un marco conceptual es esencial para el estudio empírico. Este último se basa en la experiencia y conceptos accionables, sirve para revelar lagunas en el conocimiento que pueden no ser claras a partir de la especulación que es cualquier teoría en su núcleo. En lugar de ofrecer una explicación hipotética, como lo hacen los modelos cuantitativos, los marcos conceptuales proporcionan comprensión. Por ejemplo, podemos crear un conjunto de suposiciones de que la columna vertebral humana puede comportarse de cierta manera en ciertas condiciones basadas en el conocimiento de la anatomía. Luego denominamos posibles conceptos accionables que tienen relevancia para lo que estamos tratando de observar (ej: ola, círculo) y dentro de este marco, podemos comenzar la investigación y sacar conclusiones de la experiencia tangible. A menudo descubriremos que no coincide con nuestras ideas predeterminadas. Los conceptos que constituyen a un marco conceptual deben apoyarse mutuamente, articular sus respectivos fenómenos y establecer una filosofía específica del mismo. Entonces no proporciona conocimiento de "hechos duros" sino, más bien, "interpretación suave de intenciones", expone los factores clave, construcciones o variables, y presume relaciones entre ellos.

Una buena investigación requiere una mente objetiva y la capacidad de observar. Para hacerlo, debes ser capaz de ver los hallazgos tal como son, sin favorecer una perspectiva y eligiendo los datos que favorezcan lo que imaginas que las cosas son. No se trata solo de elegir cosas que puedan apoyar lo que ya sabes, sino de examinar las ideas a partir de la experiencia para llegar a una verdad más profunda, revelando a menudo que la realidad no tiene nada que ver con nuestra representación mental de ella. Usar marcos conceptuales puede ayudarnos a encontrar los datos que de otro modo permanecerían ocultos y explicar patrones de relaciones a través de un conjunto de categorías especificadas conceptualmente.

Un marco conceptual es una estructura que sirve como un andamiaje para el aprendizaje. Explica las progresiones y relaciones naturales, sistematiza el conocimiento, ayuda a descubrir nuevos conceptos, los interrelaciona y sirve como medio para la investigación empírica. Como cualquier estructura, tiene un proceso de construcción que incluye los siguientes pasos:

1. Elegir el tema basado en el interés y los recursos disponibles, y mapear las fuentes de datos.

2. Hacer una revisión de la literatura, experiencias relevantes y marcos conceptuales previamente utilizados.

3. Identificar y nombrar los conceptos que vas a usar.

4. Identificar las variables independientes (predictoras, estímulo) y dependientes (respuesta) importantes.

5. Identificar y mapear las relaciones entre las variables.

6. Sacar conclusiones y validar los datos que has recopilado.

Los marcos conceptuales son modelos flexibles que nos ayudan a descubrir lagunas en el conocimiento y a comprender fenómenos en lugar de predecirlos. Pueden modificarse a medida que la información que poseemos sobre el tema se actualiza, por lo que se mantienen dinámicos y abiertos a futuras expansiones. Definitivamente tiene sus limitaciones, pero usar un modelo de marco conceptual al abordar el estudio empírico crea una representación multidimensional del tema en cuestión y no una estructura de relación causal lineal.

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