Foco, atención y conciencia (ingles: awareness) son procesos cognitivos que están estrechamente relacionados, pero tienen características distintivas y una composición neurológica diferente. Las palabras "foco" y "atención" a menudo se usan indistintamente. Sin embargo, no son exactamente lo mismo y las diferencias sutiles entre estos dos procesos valen la pena conocer. El estado de conciencia o sensibilidad (awareness) opera a través de un sistema completamente diferente al del foco estrecho y la atención, aunque sirve como base para que los dos existan. En este texto, repasaré algunas de las definiciones y los procesos fisiológicos subyacentes de cada uno de los mencionados procesos cognitivos para que puedas tener una mejor idea de cómo distinguirlos y usarlos en tu practica.

ATENCIÓN

La atención se refiere a la capacidad de concentrarse selectivamente en estímulos o información específicos mientras se ignoran otros. Involucra la asignación de recursos mentales para mejorar el procesamiento de entradas relevantes. La atención puede considerarse como un estado que dirige recursos cognitivos hacia un aspecto particular del entorno o una tarea específica. Ayuda a filtrar distracciones y facilita el procesamiento de información importante. La atención puede ser tanto voluntaria como involuntaria, y juega un papel crucial en diversas actividades cognitivas como la percepción, la memoria y la resolución de problemas motores.

La atención implica una interacción compleja entre varias regiones cerebrales, incluyendo la corteza prefrontal, la corteza parietal y el tálamo. Estas regiones trabajan juntas para regular el flujo de información y asignar recursos cognitivos. Los neurotransmisores, como la norepinefrina, la dopamina y la acetilcolina, desempeñan un papel crucial en la modulación de la atención al influir en la relación entre señales y ruidos ruido en las redes neuronales. (C.L. Colbi, 1991)

Cualidades distintivas de la atención:

•             Selectividad: La atención nos permite dirigir nuestros recursos mentales a señales o información específicas mientras ignoramos estímulos irrelevantes.

•             Asignación de recursos: Implica la asignación de recursos cognitivos limitados para mejorar el procesamiento de información importante.

•             Filtrado de distracciones: La atención nos ayuda a filtrar distracciones, permitiéndonos enfocarnos en la tarea en curso.

•             Mejora del procesamiento: Al canalizar recursos cognitivos a entradas relevantes, la atención mejora la calidad y eficiencia del procesamiento de información.

FOCO

Foco generalmente se refiere a un estado de esfuerzo mental concentrado dirigido hacia una tarea u objeto específico. Implica un compromiso deliberado y sostenido con un solo tema o actividad particular durante un largo período de tiempo mientras se minimiza cualquer tipo de distracciones. Cuando estás enfocado, diriges tu atención intencionalmente e inviertes recursos cognitivos en un solo punto, con el objetivo de lograr un mayor nivel de productividad. Implica un sentido de inmersión y absorción en la tarea presente.

Neurológicamente, el foco depende del compromiso de la corteza prefrontal, particularmente la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC). La DLPFC ayuda a mantener el comportamiento dirigido por metas, resistir distracciones e inhibir pensamientos o estímulos irrelevantes. La red de control ejecutivo del cerebro, que implica interacciones entre la corteza prefrontal y otras regiones, ayuda a mantener el enfoque suprimiendo la interferencia de redes neuronales competidoras. (P. Mohapel, 2018)

Cualidades distintivas del enfoque:

•             Concentración: El enfoque implica canalizar recursos mentales hacia una sola tarea, excluyendo estímulos irrelevantes.

•             Compromiso sostenido: Implica mantener la atención durante un período prolongado, fomentando una inmersión profunda en la tarea presente.

•             Deliberado e intencional: El foco es un acto deliberado y con propósito, que requiere esfuerzo consciente y concentración mantenida durante largo period de tiempo.

•             Minimizar distracciones: Al suprimir activamente las distracciones, el estado de foco mejora el rendimiento cognitivo y facilita la ejecución óptima de tareas.

CONCIENCIA

La conciencia (ingles: awareness) es un término más amplio que abarca el estado general de percepción y comprensión de uno mismo y del entorno circundante. Se refiere a la cualidad de ser consciente de los propios pensamientos, sentimientos, sensaciones y de lo que esta sucediendo en el mundo exterior. La conciencia implica ser perceptivo de todo estimulo en el momento presente, incluidos los aspectos internos y externos de la experiencia. Implica una observación no-juzgadora de los propios pensamientos y emociones sin absorberse excesivamente o reaccionar en ellas. La conciencia está asociada a menudo con un sentido de claridad, perspicacia y autorreflexión.

La conciencia está asociada con la integración de información en diferentes regiones cerebrales, incluyendo la corteza prefrontal, la ínsula y la corteza cingulada anterior. La red de modo predeterminado (DMN), que está activa durante la introspección y la autorreflexión, juega un papel crucial en la generación de conciencia subjetiva. El DMN interactúa con otras redes, como la red de saliencia y la red de control ejecutivo, para regular un estado de conciencia y mantenerlo equilibrado. (J.Amithies, 1997)

Cualidades distintivas de la conciencia:

•             Percepción: La conciencia nos otorga la capacidad de percibir y comprender nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones.

•             Mindfulness: Implica adoptar una postura no-juzgadora y aceptante hacia nuestras experiencias, fomentando un sentido más profundo de autoconocimiento.

•             Experiencia comprensiva: La conciencia abarca tanto experiencias internas (pensamientos, emociones) como externas (entorno, estímulos), facilitando una percepción holística del momento presente.

•             Claridad y autorreflexión: Al cultivar la conciencia, los individuos ganan claridad mental, perspicacia en su paisaje interior y la capacidad de participar en prácticas autorreflexivas.

 

En resumen, la atención y el enfoque son más orientados a una tarea o informacion especifica y son estados dirigidos por uno mismo, mientras que la conciencia tiene una naturaleza más amplia y reflexiva, es estado pasivo. Muy a menudo, las personas pasan mucho tiempo desarrollando solo una de estas capacidades y descuidan otras, pero es extremadamente importante poder fluctuar entre ellas y elegir deliberadamente cuál es relevante para una situación actual. Cada una de ellas requiere diferentes tipos de prácticas para ser desarrolladas. Algunos ejemplos:

Conciencia: meditación tipo mindfulness, prácticas somáticas que involucran observacion del cuerpo tanto en quietud como en movimiento, autorreflexión y escribir en un diario.

Foco: periodos ininterrumpidos de trabajo/estudio profundo con distracciones minimizadas, tareas físicas que te obliguen a largos períodos de concentración y proporcionen retroalimentación inmediata cuando el foco se pierde.

Atención: ejercicios físicos de encolamiento de la atención, escucha consciente que requiere plena presencia para apreciar la experiencia/entender conceptos complejos, ejercicios de observación deliberada.  

En resumen, comprender las diferencias entre estos estados cognitivos y cómo enfocar su desarrollo es de un valor inmenso. Esta comprensión resulta esencial para alcanzar una vida equilibrada y satisfactoria. Además, es fundamental reconocer que estos estados pueden y deben coexistir. El estado de conciencia abierta, que implica una percepción sin prejuicios de nuestros pensamientos, emociones y el entorno que nos rodea, sirve como base para los demás estados cognitivos. Es a través de esta apertura a la experiencia que podemos cultivar la atención, el foco y la sensibilidad, elementos fundamentales para el crecimiento personal y el bienestar.

Es importante destacar que este enfoque holístico no solo es crucial para el desarrollo cognitivo, sino también para el movimiento físico y salud emocional. Al integrar prácticas que promuevan la connexion entre todas las partes de nosotros en nuestras rutinas diarias, podemos fortalecer nuestra capacidad para adaptarnos y prosperar en diversos entornos. Al abrazar esta integración entre el desarrollo cognitive, físico y emocional, podemos navegar de manera más efectiva por las complejidades de la vida. Al nutrir todas las partes de nustro ser, estamos mejor equipados para enfrentar los desafíos que se nos presentan, reaccionar con agilidad ante las adversidades y tomar decisiones informadas y reflexivas que nos lleven hacia una vida más plena y significativa.

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